Lisandro Ochoa Ochoa
Industrial. Cronista. Nació en Medellín (Antioquia - Colombia) el 4 de noviembre de 1.867. Hijo del doctor Lisandro Ochoa y doña Teresa Ochoa
Pasó su niñez en la casa de propiedad de su padre, calle Boyacá crucero Tenerife. Hizo sus primeras letras en la Escuela Normal, que dirigían entonces los distinguidos profesores alemanes Siegert y Wottel, quienes fueron traídos especialmente por el doctor Pedro J. Berrío para la dirección del citado plantel. Allí estudió algún tiempo, hasta el año de 1.876, en que estalló la guerra y fue clausurado el establecimiento.
Aún adolescente, recibió la influencia de las ideas políticas que predominaban entonces, y tuvo el dolor de ver partir a su padre, enrolado en el ejército que partió a Manizales. (Ya el doctor Ochoa había participado en varios combates, entre ellos el de Garrapatas, con el grado de coronel que había adquirido desde la revolución del año 60, cuando hizo toda la campaña al lado del doctor Giraldo y de don Julio Arboleda).
La casa de sus padres le fue incautada por el gobierno para fines políticos y más tarde, con su familia, se trasladó a vivir a la cercana población de Aná (la cual fue destruida después por una gran creciente de la quebrada Iguaná). Allí estudió en una escuela privada, bajo la dirección de don Bernardino Cárdenas y don Pedro Pablo González; algún tiempo después, de nuevo con su familia en Medellín, continuó en la misma escuela, que había sido trasladada a la ciudad, hasta su clausura ocurrida el 25 de enero de 1.879, por motivo de la revolución.
Cuando ésta terminó, el señor Cárdenas fundó el Colegio de Santo Tomás de Aquino, en asocio del notable filósofo don Luciano Carvallo, y después de varios años de labores el mencionado colegio, el de San Luis y la escuela de La Paz, se unieron y se formó el gran Colegio de La Unión, con un personal de 600 alumnos. Allí estudió el joven Ochoa, en la compañía de condiscípulos que fueron más tarde lumbreras del pueblo antioqueño, como Montoya y Flórez, Antonio José Uribe, Antonio J. Cadavid, etc., y luego tomó varios cursos en el externado del Seminario, al lado de Carlos E. Restrepo, Nicanor Restrepo, Juan de la Cruz Posada, etc., etc.
Su padre, participante en las revueltas del 76 y del 79, tuvo que abandonar su profesión de abogado y salir de la mayor parte de sus bienes. Como consecuencia, el joven Ochoa, hubo de abandonar sus estudios, con gran sentimiento y, junto con su hermano Manuel Antonio, se vio obligado a buscar empleo para ayudar al sostenimiento de su familia. Empezó a trabajar como dependiente en los almacenes de los señores Benicio y Miguel Gaviria; algún tiempo después pasó sucesivamente a los almacenes de los señores Vicente Toro y Eduardo y Julián Vásquez Jaramillo.
Don Eduardo Vásquez Jaramillo, con nobleza y generosidad le prestó su apoyo decidido, pues siendo Ochoa todavía un muchacho inexperto, tuvo a bien confiarle sus intereses y ponerle, en compañía de su casa comercial, una dependencia para que él la administrara. Más tarde, al terminarse los negocios de mercancías de Eduardo y Julián Vásquez, estableció negocios por su propia cuenta, con el apoyo de su amigo don Braulio Chavarriaga y de su tío don Cástor Ochoa.
En el año de 1.892, contrajo matrimonio con doña Rosa A. Vélez Chavarriaga. Sólo tuvo cuatro hijos: Carlos, Alfonso, Ana y Bertha. Se dedicó por entero a sus negocios de comercio y a la creación de pequeñas industrias, desconocidas entonces en Antioquia, como fabricación de polvos de tocador, juegos de loterías, tinta y naipes. Esta última manufactura la tuvo un tiempo en compañía de don Félix de Bedout, y cuando éste importó directamente las viñetas adecuadas para dicha manufactura, entonces continuó fabricando sus naipes en la Imprenta Industrial que fundó con los señores Diego Escobar O. y Cipriano Rodríguez. Más tarde, para mejorar el artículo, contrató la impresión en la litografía del señor Jorge Luis Arango.
Estuvo también dedicado largos años a la industria de cigarrillos, de la cual fue uno de los precursores en Antioquia. Los prolegómenos de esta industria le deben al señor Ochoa su desarrollo. Fundó luego la primera empresa importante en este ramo con los señores Bernardo Mora, Bernabé Ortiz, Bernabé Hernández, Benjamín Escobar, Rafael Posada Villa y Cancio Restrepo, con el nombre de Compañía Industrial de Cigarrillos, en el año de 1.912. Surgieron otras empresas similares y, en vista de los precarios resultados que daba la competencia, de común acuerdo se fusionaron las empresas y se fundó la Compañía Colombiana de Tabaco.
Fue un hombre de trabajo, de lucha, de perseverancia. Su inteligencia y su pulcritud en los negocios y en las relaciones comerciales y sociales, lo sacaron siempre adelante y de los fracasos que vinieron para su fortuna con motivo casi siempre de las revoluciones, se rehizo valerosamente. Viajó a la costa atlántica, en tiempos en que los transportes eran hazañas peligrosas y difíciles, y trajo mercancías a cambio de letras de cambio y barras de oro.
Afiliado por tradición y por sinceras convicciones a las ideas conservadoras, hubo de actuar en diversas revueltas civiles, y prestó su contingente personal con devoción y arrojo. Amigo de las industrias terrígenas, no sólo creó varias que fueron base para muchas manufacturas importantes en años posteriores, sino que participo en la fundación de grandes empresas y tomó acciones en casi todas las entidades industriales importantes que se han fundado en Antioquia.
Muchos años colaboró con él su hermano Manuel Antonio, hasta la muerte de éste, acaecida en 1.914. De este año en adelante, trabajó con sus hijos Carlos y Alfonso. Cuando se retiró de los negocios del almacén, sus hijos continuaron, con la razón social de Hijos de Lisandro Ochoa y Cía.
Sirvió a sus ideas políticas y a los gobiernos conservadores, sin aceptar puestos remunerados, con abnegada decisión y desvelado patriotismo. Asistió al Concejo Municipal de Medellín, en varios períodos y, en virtud de sus esfuerzos e iniciativas y, en compañía de prestantes personas come el doctor Juan de la Cruz Posada y otros, se organizaron las empresas públicas municipales, se contrataron empréstitos externos para el ensanche del acueducto, pavimentación y arreglo de calles, arreglo y compra de locales para oficinas públicas, compra de la energía eléctrica, etc.
Fundó el periódico Actualidades, en asocio de su hermano Manuel Antonio y de don Cipriano Rodríguez, órgano de cultura y de combate, en el cual colaboraron Carlos E. Restrepo y Antonio J. Cano. Colaboró también, con eficacia y desprendimiento, en empresas y obras de civismo y beneficencia.
Socio activo de la Sociedad de San Vicente de Paúl y de la de Mejoras Públicas. Colaboró con el mayor entusiasmo en las labores desarrolladas por la Institución conocida con el nombre de Acción Social Católica que presidía el dinámico sacerdote Germán Montoya Arbeláez. Por muchos años, hasta su muerte, fue Presidente de la cristiana Asociación de Caballeros de Cristo (Buena Muerte), fundada por los RR. PP. de la Cía. de Jesús.
Ya retirado de los negocios y de las actividades públicas, se dedicó en su hogar a preparar su interesante libro Cosas Viejas de la Villa de la Candelaria, crónicas de exquisito sabor y colorido que muestran al lector y especialmente al investigador histórico, centenares de episodios relacionados con los hombres, con la vida y con el desarrollo y progreso de la ciudad de Medellín, en todas sus empresas, negocios, templos, costumbres, etc. que, con memoria prodigiosa y sutil observación, don Lisandro vivió y captó y hubo de estampar en su libro con sencillez y donosura.
El arte de la fotografía era casi desconocido en Colombia cuando Oscar Duperly DuFriez llegó procedente de Jamaica. De su padre el Químico francés Henri Louis Duperly, quien había puesto en práctica los primeros descubrimientos de los científicos europeos en este campo, aprendió los secretos y técnicas. El 4 de julio de 1915 abrió el primer almacén de artículos fotográficos de Medellín siendo el primer distribuidor Kodak para America Latina y se dio a la tarea de crear el primer laboratorio fotográfico de Colombia el cual se conoce hoy como Oduperly S.A.
Cómo líderes en el desarrollos de la Fotografía en Colombia y con una gran visión del futuro se importó en 1959 la primera impresora electrónica de color sobre papel, revolucionando el ambiente fotográfico del país ya que era la primera máquina de este tipo que llegaba.
En 1960 murió Oscar Duperly D. dejando tras de sí un número de logros que se continúan a través de la sociedad Oduperly S.A.
(Medellín 1869. Medellín 1925)
El padre de don Nicanor, Pedro Antonio Restrepo Escobar, fue uno de los más importantes hombres de Antioquia en el siglo XIX, sin embargo su familia era muy numerosa y cuando sus hijos menores estaban estudiando en el Seminario sobrevinieron serias dificultades que obligaron al joven Nicanor al retirarse de los estudios para trabajar tomo empleado de una farmacia y ayudar a la culminación de los estudios de su hermano Carlos E. Restrepo. Algún tiempo después don Nicanor se hizo socio "Industrial" de la Droguería Antioqueña y llegó a adquirir su propia Droguería en 1918. Con el producto de su trabajo contribuyó a la formación de los Almacenes La Primavera y fundó la Unión Farmacéutica y Dental que importaba productos farmacéuticos y materiales para dentistería. Por su iniciativa se fundó también la firma Laboratorios Uribe Ángel, LUA en 1922.
Desde 1912 era miembro de la junta directiva de la Cámara de Comercio que su hermano Carlos E. había ayudado a construir y en 1920 participó con los otros propietarios de droguerías para dinamizar la Vidriera de Caldas. Por aquellos tiempos Don Nicanor era estimado como uno de los más Importantes hombres de negocios de la ciudad.
2 comentarios:
Gloria y Víctor, qué putería. Un abrazo
Victor y eso? por fin llegó la mamacita de Gloria.
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