sábado, 14 de junio de 2008

Palacio de los Medina

Palacio de los Medina
Heliodoro Medina Estrada: nació en Angostura, municipio del departamento de Antioquia.
Estuvo casado con Rosa Angulo Uribe, lo llamaban Lolo, fue fundador de Rosellón en Yarumal firma que se inició como importadora de telas, luego se pasó a Envigado donde se convirtió en productora de telas. También fue fundador del Banco de Yarumal en 1901, Tejidos Medina, la Compañía de tejidos La Unión y la Calcetería Helios. Y negocios explotación en la renta de licores.
Para él fue construido en 1916 el llamado Palacio de los Medina por su hermano Tulio Medina, que había estudiado arquitectura en Liverpool. Tulio Medina llegó a ser un arquitecto prestigio que tuvo discusiones públicas con el arquitecto Agustín Gooevaerts en varios artículos en la revista Progreso sobre La arquitectura de los Palacios y lo que él consideraba un estilo nacional. Fue concejal de Medellín en 1932. Fue muy amigo de Jorge Eliécer Gaitan.
Para la película Bajo el cielo antioqueño en 1924-25, en el Palacio de los Medina se filmaron algunas escenas.
Este fue comprada al urbanizador Cipriano Rodríguez. En la actualidad El Palacio de los Medina, es la sede del grupo teatral El Águila Descalza.
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Bajo el cielo Antioqueño
Hernando Salcedo Silva
"Bajo el cielo antioqueño" se comenzó a fil­mar en Diciembre de 1924 y terminó en Juniode 1925, tiempo más bien largo aún para la épo­ca y las condiciones del cine en Colombia, debi­do a las obligaciones sociales y comericales delos actores. Estos actores fueron seleccionadosentre la alta sociedad de Medellín, lo que da ca­racterística especial a la película, debido a unarazón muy práctica: la gente acudiría a ver "Ba­jo el cielo antioqueño" para verse a sí mismos,llevando naturalmente a su familia y amigos, yel público en general, por descubrir gente cono­cida, familiar, atractivo que en realidad tuvogran éxito. .'
Tratándose de una producción importante para su tiempo, se planeó contratar un camaró­grafo extranjero, tratando de conseguirlo en Europa o Estados Unidos, lo que fue imposible por los exagerados costos de importar un técni­co para filmar la película. Ante el problema de camarógrafo, Arturo Acevedo propuso a Gonza­lo Mejía que su hijo Gonzalo podía servir para este oficio, previo examen de habilidad que cumplió muy bien, siendo contratado inmediatamente. Gonzalo Acevedo era fuerte en teoría que había estuadiado en "la biblia", "La Cinematographie" de los Hnos. Lumiere, y en otros textos, pero sin mayor experiencia personal en el manejo de la cámara ni del trípode que en esos años 1920, debían manejarse alternada­mente y a mano.
Sin conocer la película es imposible descri-briía en sus cualidades y defectos, pues las abun­dantes fotografías de "Bajo el cielo antioque-ño" son precisamente eso: fotografías que mues­tran la frontalidad característica del cine primi­tivo en la colocación de cada uno de los elemen­tos del plano. Más que las foto-fijas de toda pe­lícula que le sirven de propaganda a la entrada de los teatros, parecen fotos comunes de personas que se prestaron para posar en diferentes si­tios, y si conociendo el tema pudieran ordenarse en sene, hasta podrían formar una curiosa foto-novela, gracias a su excelente calidad fotográfica lograda por Manuel Laünde, el encargado de las foto-fijas.
También por las fotografías se observa que la película presentaba bastantes escenarios y mu­chos personajes. Del baile de sociedad en el club elegante, se pasa a danzas folcoricas campesi­nas; de algunas calles y lugares del Medellfn de hace Cj0 años, al campo, con profusión de campesinos; de una escena con monjas, al suspenso del asesinato de una muchacha cometido por apaches de pura extracción paisa-parisiense; de un parque especial para enamorados, a suntuo­sas habitaciones de gente rica; de la equitación, al automovilismo, o del barco del Magdalena al hidroavión; "Bajo el cielo antioqueño", además del atractivo de su elegante reparto, tenía mu­chos recursos para entretener al público.
El éxito de "Bajo el cielo antioqueño" de acuerdo con testigos de la época, fue apoteósi-co. Después de la exhibición de la película que
duraba 2 horas 10 minutos (13 rollos), los so­cios del Club Unión organizaron un suntuoso baile con todos los actores y técnicos. A excep­ción de las ciudades y por su duración, en los pueblos se presentaba en dos noches consecuti­vas con el mismo éxito de todas partes. Parece que "Bajo el cielo antioqueño" fue un gran ne­gocio, que se renovó cuando la película fue reestrenada en 1942. Es de esperarse que superados algunos problemas actuales podrá verse pron­to uno de los ejemplos más famosos de nuestro cine mudo.

Primera página de El Colombiano anunciando Bajo el cielo antioqueño







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Afiche promocional de Bajo el cielo antioqueño para su restauración en 1996.

domingo, 8 de junio de 2008

Jesús María Mora Carrasquilla

Casa donde vivió el industrial Jesús Mora


Jesús María Mora Carrasquilla
Industrial. Financista. Filántropo. Nació en Angostura (Antioquia – Colombia) el 19 de diciembre de 1889.
Hijo de Federico Mora y Ana Rosa Carrasquilla. (Su padre fue colonizador de la región y su madre dama de gran talento práctico), Autodidacta, En sus estudios elementales fue discípulo de Miguel Ángel Osorio —el inmortal Porfirio Barba Jacob— y condiscípulo del gran posta Francisco Jaramillo Medina. Hombre de grande inteligencia y de energía superior, se formó por sí solo y se entregó desde muy ¡oven a la vida del comercio y de la industria. Casado con doña Delia de la Hoz. Hijos: Mario, Armando, Raúl, Marina, Alfonso y Alfredo.
Don Jesús Mora fue Consejero Económico de varias empresas comerciales e industriales; Director General de la casa comercial que lleva su nombre; miembro de numerosas Juntas Directivas; Co-fundador de varias fábricas de cemento; de Tejido El Cóndor; de la Empresa Siderúrgica; de Pepalfa; de Imusa; miembro de la Directiva del Consorcio de Cervezas, desde que éste se fundó. Mora Hermanos, de la cual fue director, es una sociedad múltiple, con gran capital al servicio de le producción y que se ocupa en negocios comerciales e industriales y pertenece a tres asociados: Jesús, Eliseo y Camilo Mora.
Filántropo y hombre de vasta percepción económica, su consejo es generalmente solicitado y sus sentencias admirables son aplaudidas por todo el mundo. Don Jesús Mora sostuvo que “el hombre no es rico sino hasta la concurrencia de lo que gasta". Fue socio del Club Unión y del Club Campestre de Medellín. Perteneció a la Junta Directiva del Hospital de San Vicente y del Manicomio. Fue uno de los fundadores de la Universidad Pontificia Bolivariana y de la Universidad de Medellín, Tiene el título de Caballero Templario. Viajó por Estados Unidos, Venezuela, Alemania, Francia, Inglaterra, Suiza, Bélgica, Italia, etc.

sábado, 7 de junio de 2008

Carlos E. Restrepo




Carlos E. Restrepo



1910-1914




Carlos Eugenio Restrepo (Carlos E. Restrepo), nació el 12 de septiembre de 1867 y murió el 6 de julio de 1937, hijo de Pedro Antonio Restrepo y Cruzana Restrepo Jaramillo. Cursó estudios en el Instituto de Enseñanza Superior. Suspendió sus estudios de Derecho por la guerra de 1885. Participó también en la Guerra de los Mil Días, como Jefe del Estado Mayor del conservador Pedro Nel Ospina. Luego estudió por su cuenta y trabajó en el bufete de su padre.
Inició una brillante carrera profesional que lo llevaría a la Presidencia de la República de Colombia. El 16 de abril de 1890 se casó con Isabel Gaviria, con quien tendría 9 hijos, entre ellos Margarita, futura esposa del filósofo Fernando González. Después de su periodo presidencial regresó a Medellín donde se vinculó con la industria privada. Vuelve nuevamente a la política para participar en el gobierno de Enrique Olaya Herrera como ministro de Gobierno y embajador ante la Santa Sede. Murió en su casa de Medellín, el 6 de julio de 1937, víctima de una pulmonía.
En su honor, uno de los barrios tradicionales de Medellín lleva su nombre.

Carrera política y profesional
Carlos E. Restrepo ejerció numerosos cargos a lo largo de su vida: Inspector de Instrucción Pública, Secretario de Juzgado Superior, Juez Superior de Circuito de Antioquia, Concejal de Medellín, Secretario de Gobierno, Rector de la Universidad de Antioquia de abril de 1901 a abril de 1902 (llevó a cabo una importante reforma del pensum); profesor de derecho romano, economía política y derecho constitucional. Pero su carrera política solo iniciaría hasta 1909, como miembro de la Cámara de Representantes donde fundó la Unión Republicana.
Luego de un fulgurante año en el congreso, el 15 de julio de 1910 la Asamblea Nacional lo elige como Presidente de la República por 23 votos a su favor contra 18 de Jose Vicente Concha, convirtiéndose en el primer antioqueño en ocupar la Presidencia. Al terminar su mandato se instaló otra vez en la ciudad de Medellín para trabajar en varias empresas privadas. Sin embargo, regresó a la política como Ministro de Gobierno del presidente liberal Enrique Olaya Herrera, gobierno que marcaría el fin de la Hegemonía Conservadora en Colombia, un largo periodo que se extendió prácticamente desde la Regeneración de Rafael Nuñez en el siglo XIX y donde los liberales estuvieron ausentes del poder. Carlos E. participó en este gabinete a pesar de ser conservador, pues se caracterizó por anteponer los intereses del país a los de los partidos. Luego sería nombrado como embajador ante la Santa Sede durante esta misma administración.
Carlos E. ocupó muchas otras posiciones, además de haber fundado varias instituciones. Una lista incompleta de sus labores incluye el ser gerente de la Compañía Colombiana de Tabaco en 1919 y de la Naviera Fluvial Colombiana, miembro de la junta directiva principal de Bancoquia entre 1920 y 1923, creador de la Imprenta Departamental de Antioquia en 1882 y fundador de la Lotería de Medellín. A él le debemos también la creación de la Fundación San Vicente de Paúl, la fundación de la Sociedad de Mejoras Públicas y de la Cruz Roja Colombiana en Medellín.
Entre sus actividades dentro del periodismo, oficio que realizó a lo largo de toda su existencia, vale la pena mencionar que dirigió El Correo de Antioquía, fundó La República en 1891, fundó Vida Nueva (opuesto al gobierno de Rafael Reyes), y la revista Colombia (1916-1922), donde tuvo una columna. Colaboró en otras revistas antioqueñas de principios del siglo XX como El Montañés (1899), La Miscelánea (1888, 1905), Lectura y Arte (1903) y Alpha (1906, 1907, 1908, 1910), con artículos políticos, literarios, religiosos y traducciones (dominaba bien el inglés y el francés).

Casa de Carlos E. Restrepo en Cuba con Ecuador

Pepe Mexía





Pepe Mexía

Nació José Félix Mejía Arango, Pepe Mexía, el 22 de febrero de 1895 en Concepción, Antioquia. Su padre fue oriundo de Yarumal y emparentado con el poeta Epifanio Mejía. Su madre nació en Concepción. Claudino Arango, tío materno, casó con Isabel Carrasquilla, hermana única del escritor Tomás Carrasquilla y llegó a ser su suegro. De allí surgió una entrañable amistad con el novelista que influiría enormemente en su personalidad y vida artística.
La niñez transcurrió en varias localidades al norte de Medellín, donde se desarrollaban los negocios de su padre. Este falleció en 1904 y poco después la familia se trasladó a Medellín para quedar bajo la tutela de Don Claudino, quien ya residía en esta ciudad. En Medellín terminó sus estudios: los de bachillerato en el Colegio de San José y la carrera de Ingeniería Civil en la Escuela de Minas. Nunca se doctoró en esta profesión pues su inclinación era definitivamente hacia las letras, el arte y la arquitectura. Los escasos recursos económicos de la familia no le permitieron hacer estudios académicos en esta profesión ya que en el país no existían aún facultades de arquitectura y no le era posible viajar a estudiar al exterior.
Por esa época comienzan a manifestarse sus inclinaciones por las formas modernas del arte y a revelarse su personalidad artística, completamente original y diferente a lo conocido en el medio.
En 1915 funda, con un grupo de jóvenes escritores y artistas, la revista Panida, alrededor de la cual se integro el grupo conocido como "Los Panidas", de gran importancia literaria y cultural en la época. Se recuerda que su número fue de trece, pero pocos recuerdan sus nombres y seudónimos: León de Greiff (Leo Le Gris y Juan Cristóbal), Teodomiro Isaza (Mosén Canijo y Tisaza), Rafael Jaramillo Arango (Fernando Villalba), Félix Mejía Arango (Cornelio Rufo Pino y Pepe Mexía), Libardo Parra Toro (Tartarín Moreyra), Ricardo Rendón (Daniel Zegrí y Arlín), Jesús Restrepo Olarte (Xavier de Lys), Eduardo Vasco (Alhí Cavatini), Jorge Villa Carrasquilla (Jovica y M. Carré), José Manuel Mora Vásquez (José Manuel Montenegro), José Gaviria Toro (Joselín), Fernando González y Bernardo Martínez (quienes nunca utilizaron seudónimo). La actividad de este grupo marchó ligada a la bohemia cultural de esos años muy vinculada a la vida de don Tomás Carrasquilla, que se desarrollaba en los cafés "El Globo', "El Blumen" y "La Bastilla", entre otros.
La parte ilustrada de la revista corrió cargo principalmente de Ricardo Rendón pues si descontamos alguna orla decorativa puede decirse que Pepe Mexía no dibujó une línea en ella. Su colaboración se limitó a varios "pecados" literarios: con el seudónimo de C. R. Pino cometió varios poemas y prosa líricas, y en unión con Tisaza escribió vario textos que firmaron como "Helena de Maia". Los primeros cuatro números de Panida lo dirigió León de Greiff, y Pepe los seis últimos. La revista se extinguió en junio de 1915.
Por aquella época era ya usual la presencia de sus ilustraciones en otras publicaciones entre las que se recuerda Revista Colombia (1916 -1921), Sábado (1920 -1923) y los periódicos El Espectador, El Bateo, El Correo Liberal y Colombia. Aparecen en ellas los primeros "Juncos" o sea la representación muy personal y estilizado, en poquísimas líneas, de las figuras -principalmente la humana- Como expresión de estudios psicológicos de la personalidad, las costumbres y las circunstancias de la vida diaria. Esto fue radicalmente novedosa y original y coloca a Pepe Mexía como el introductor de las corrientes de vanguardia en Colombia. La economía del dibujo, la depuración de la línea y la agudeza de la observación psicológica son sorprendentes. Este sería el principal punto de partida para mucha de su producción posterior.
Después de trabajar algunos años en sección de edificios del Municipio de Medellín, funda en 1920 su primera oficina arquitectura, llamada "Félix Mejía y Cía.", la cual vinculó, entre otros, a don Agusto Govaertz, notable arquitecto belga, autor los proyectos del Teatro Junín y de la Gobernación de Antioquia.
En 1922 contrajo matrimonio con María Arango, hija de Claudino y de Isabel Carrasquilla y, por consiguiente, sobrina de don Tomás Carrasquilla. Esto estrechó aún más los vínculos con el maestro quien llegó a dedicarle su principal novela, La Marquesa de Yolombó. Extracto un párrafo de la dedicatoria que señala muy claramente cuál era concepto que tenía Carrasquilla de su producción artística:
A ti, caricaturista y dibujante de tan subido modernismo y partidario de los figurones estilizados y contrahechos, que hoy priman en las pinturas decorativas, no deben disgustarte del lodo los mamarrachos tan acentuados y los fondos tan escandalosos que saco en estos cronicones [...].
Fue militante del partida liberal y paralemente can la actividad artística y la arquitectónica va desarrollando la política, que le traería la primera satisfacción con la elección como principal a la Cámara de Representantes en 1931. Esa elección fue la recompensa a campaña de Enrique Olaya Herrera, que cumplió en medio de arduas penurias por tierras y ríos del Chocó, en compañía de Lázaro Restrepo, su amigo y compañero de política durante toda la vida. Este hecho lo condujo a trasladar su residencia a Bogotá durante dos años; allí residió en casa de su hermana Fanny, casada con el Panida Jesús Restrepo Olarte, quien firmaba sus poemas como Xavier de Lys.
En la capital hizo amistad con los principales políticos liberales de la época, entre ellos Enrique Olaya Herrera, Eduardo Santos, Alfonso López Pumarejo y Alberto Lleras Camargo. Pero más importante que el aspecto político durante su estancia en la capital, fue el contacto con las culturas precolombinas, cuyo estudio empezaba a florecer en los museos de Bogotá y que tanto le subyugó desde el punto de vista de manifestaciones artísticas. Levantó un valioso inventario de motivos indígenas, que le permitió posteriormente utilizar estos elementos en gran variedad de aplicaciones decorativas, y aun industriales, y como tema de muchos dibujos y composiciones. Más tarde completaría una invaluable colección de piezas de cerámica y otros materiales, que finalmente donó en generoso gesto a la Universidad de Antioquia.
A su regreso de Bogotá desarrolla gran actividad en el campo arquitectónico, de la cual quedan aún algunas muestras en la ciudad. Esta actividad la complemento con la aluminosa y continua lectura de libros de arte, arqueología, novela, etc., los cuales pasan a engrosar su ya amplia cultura artísca y su biblioteca, muy rica en obras sobre arte, principalmente. Todo esto se manifestó los dibujos ejecutados en los ratos de descanso y de ocio, utilizando cualquier trozo de papel que tuviese a la mano y sin la más mínima intención de producir una obra artísca. Todo lo hizo en plan de dejar obrar la paginación o en plan de ensayo de estilos y corrientes de actualidad o en plan de diversión o de hacer atenciones a sus amigas.
Ya desde tiempo atrás (1923), venía trabajando en otra importante faceta de su producción, cual fue la ilustración de los libros de sus amigos. Destacamos como muy importantes los de Fernando González, Tomás Carrasquilla, Abel Forma, Alfonso Castro, Alonso Restrepo Moreno, Salvador Mesa Nicholls, Federico Trujillo V., José Luis Restrepo y, sobre todo, Ciro Mendía. Es el momento de recordar la amistad con este gran poeta, que no fue Panida pero sí su compañero inseparable de bohemia y tertulia literaria. De esas tertulias fue muy famosa la del Negro Cano, que se realizaba en la librería del mismo en la carrera Carabobo y de ella quedó un simpatiquísimo poema de Ciro Mendía con dibujos de Pepe y la ilustración del libro Madrigales del Negro Antonio J. Cano, notoria por la adaptación de los dibujos al estilo romántico del libro y por las novedosas características editoriales de la publicación.
Aproximadamente en 1935 funda una nueva sociedad profesional que se denominó "Estudios Nuti", a la cual vinculó primero a Carlos Obregón y, posteriormente, a Eduardo Vásquez Ochoa. Paradójicamente fueron éstos quienes llevaron en peso el desarrollo de los aspectos modernos de la arquitectura en la sociedad, pues él se movía en este campo con mucha mayor propiedad en los estilos clásicos y coloniales. Esta sociedad perduró hasta 1950 aproximadamente, para ampliarse con la admisión de Federico Vásquez Uribe y de Félix Mejía (hijo), bajo el nuevo nombre de "Nuti y Cía. Ltda.", que subsistiría hasta 1958. A esta última etapa estuvo también vinculado su sobrino Rafael Arango Álvarez, quien le colaboraría posteriormente y de manera notoria en los dibujos del templo de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro (Medellín).
La actividad política no decae y en 1939 es llevado a la Alcaldía de Medellín por el Gobernador Eduardo Uribe Botero. También perteneció, en esos años, a varias juntas administrativas, entre las que se recuerda la del Ferrocarril de Antioquia y la de Rentas Departamentales. Es también la época de la creación en Medellín de la seccional de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, de la cual llegó a ser Presidente en la regional.
De 1942 a 1945 aparecen sus retratos alegóricos, sin duda lo más perfectamente acabado de su producción y de los cuales se presentan en esta muestra los de Fernando González, Carlos Obregón, Ignacio Gómez Jaramillo y el de Ciro Mendía, este último en una versión definitiva encontrada este año y que posiblemente ni el mismo Ciro alcanzó a conocer. Obsérvese que éste, de Ciro, fue ejecutado a la acuarela en lugar de las técnicas de lápiz y tinta que normalmente utilizó, Aquí vale advertir que de Pepe Mexía no se conoce un solo trabajo al óleo y apenas unos cuatro o cinco a la acuarela.
En el período de la Segunda Guerra Mundial ve realizado su sueño de toda la vida: construir su casa propia de habitación. Siguiendo su gusto arquitectónico la diseñó en estilo colonial, sin lujos, pero con un valiosísimo trabajo artesanal en hierro forjado, madera torneada y azulejos. Allí residió hasta 1960. La residencia subsiste pero no es propiedad de los herederos.
Es la ocasión de mencionar su familia. Del matrimonio nacieron cuatro hijos. El primero, Félix, en 1923. El segundo, Carlos Nicolás, en 1928 pero falleció prematuramente siete años después. Las dos hijas nacieron ya en la época de la guerra: María Cecilia, quien reside en Bogotá y Constanza a quien se debe la recopilación y clasificación de casi todo el material presentado en esta exposición.
Durante la década de 1940 a 1950 realizó tres viajes que contribuyeron de manera notoria para aumentar su patrimonio cultural. El primero fue al Ecuador y al Perú, donde entró en contacto directo con las culturas Nasca e Incaica y con la maravillosa herencia colonial arquitectónica de estos países, mucho más rica que la nuestra.
Luego, en 1947, viaja a Europa y entra a estudiar directamente la obra de los pintores de vanguardia: de manera especial Piccaso -de quien llegaría a ser un gran conocedor-, Dalí, Leger, Klee, Miró, etc. Ello le permitiría experimentar, con una gran libertad e imaginación, en los diferentes estilos y escuelas, como se puede apreciar en esta muestra. Así mismo aprovecha este viaje para profundizar en los conocimientos del Gótico con el objeto de desarrollar el proyecto del Templo de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, iniciado por el arquitecto Ormaechea quien, al fallecer, sólo había construido las bases del templo y no había dejado suficientes detalles que hubieran permitido implementar el estilo escogido. A la postre, ésta fue para Pepe Mexía su obra maestra arquitectónica. Entre 1950 y 1955 hace dos viajes a México, con lo cual completo su conocimiento directo de las grandes culturas precolombinas. Inclusive leyó a los cronistas españoles del siglo XVI, para mejorar sus ya extensos conocimientos sobre estos temas. No abandona, sin embargo, su actividad profesional y se dedica cada vez más a la arquitectura religiosa, destacándose en este aspecto los templos de El Perpetuo Socorro -ya mencionado-, el de San Miguel en el barrio de Villa Hermosa, el de la Normal de Señoritas en el de Buenos Aires y el de la ciudad de Apia (Caldas), estos dos construidos en la década siguiente y que vendrían a ser sus últimos trabajos en el género.
Tampoco abandona su actividad política y asiste regularmente a la Barra de los Bolos en el Club Unión ya la Del Madroño en el Club de Medellín, ambas de carácter más político que literario. Es de recordar aquí que había sido fundador del Club Campestre de Medellín y practicó el golf hasta 1930. Luego volvió a este deporte en la década del 50. Esto le permitió analizar de cerca la plástica que encierran los movimientos de este deporte y producir una maravillosa serie de dibujos informales sobre el mismo, reviviendo el estilo de los Juncos de 1920.
En 1958 regresa al Congreso de la República en calidad de Senador, cargo que desempeña hasta 1960. Sería su último viaje fuera de Medellín y a su regreso se dedica de lleno a la actividad profesional.
Por esta época vendió su casa, para vivir en el centro de la ciudad en un apartamento más reducido y más cercano a su lugar de trabajo. Esto le significó también el desplazamiento de gran parte de la biblioteca y de la actividad artística a su pequeña finca en la vereda de Los Salados en el municipio de El Retiro. Allí disfrutó casi todos los fines de semana de la compañía de Ciro Mendía y otros amigos y sobrinos quienes lo visitaban en esas ocasiones para gozar, en ambiente familiar, de su conversación y conocimientos.
Otro aspecto de su cultura fue el de las colecciones que logró reunir con los años. Además de la de piezas indígenas ya mencionada, hizo una muy valiosa de estampillas y otra de porcelanas que incluía más de dos cientos potes de farmacia, adquiridos personalmente en ciudades del país y del extranjero. Algunos de estos potes y el piano de José Asunción Silva, comprado en Bogotá, forman parte en la actualidad de la colección de la Hacienda Fizebad.
Su última década productiva es la de 1960 -1970 dedicada a la actividad profesional, ya la elaboración de dibujos.
Fallecerá en forma tranquila el 21 de julio de 1978.
Félix Mejía A.Mayo de 1986
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Ficha bibliográfica
Titulo: Pepe Mexía
Edición original: Bogota : Banco de la Republica, 1986.
Autor: Banco de la Republica

miércoles, 4 de junio de 2008

Algunos de los primeros habitantes de El Prado

Lisandro Ochoa Ochoa
Industrial. Cronista. Nació en Medellín (Antioquia - Colombia) el 4 de noviembre de 1.867. Hijo del doctor Lisandro Ochoa y doña Teresa Ochoa
Pasó su niñez en la casa de propiedad de su padre, calle Boyacá crucero Tenerife. Hizo sus primeras letras en la Escuela Normal, que dirigían entonces los distinguidos profesores alemanes Siegert y Wottel, quienes fueron traídos especialmente por el doctor Pedro J. Berrío para la dirección del citado plantel. Allí estudió algún tiempo, hasta el año de 1.876, en que estalló la guerra y fue clausurado el establecimiento.
Aún adolescente, recibió la influencia de las ideas políticas que predominaban entonces, y tuvo el dolor de ver partir a su padre, enrolado en el ejército que partió a Manizales. (Ya el doctor Ochoa había participado en varios combates, entre ellos el de Garrapatas, con el grado de coronel que había adquirido desde la revolución del año 60, cuando hizo toda la campaña al lado del doctor Giraldo y de don Julio Arboleda).
La casa de sus padres le fue incautada por el gobierno para fines políticos y más tarde, con su familia, se trasladó a vivir a la cercana población de Aná (la cual fue destruida después por una gran creciente de la quebrada Iguaná). Allí estudió en una escuela privada, bajo la dirección de don Bernardino Cárdenas y don Pedro Pablo González; algún tiempo después, de nuevo con su familia en Medellín, continuó en la misma escuela, que había sido trasladada a la ciudad, hasta su clausura ocurrida el 25 de enero de 1.879, por motivo de la revolución.
Cuando ésta terminó, el señor Cárdenas fundó el Colegio de Santo Tomás de Aquino, en asocio del notable filósofo don Luciano Carvallo, y después de varios años de labores el mencionado colegio, el de San Luis y la escuela de La Paz, se unieron y se formó el gran Colegio de La Unión, con un personal de 600 alumnos. Allí estudió el joven Ochoa, en la compañía de condiscípulos que fueron más tarde lumbreras del pueblo antioqueño, como Montoya y Flórez, Antonio José Uribe, Antonio J. Cadavid, etc., y luego tomó varios cursos en el externado del Seminario, al lado de Carlos E. Restrepo, Nicanor Restrepo, Juan de la Cruz Posada, etc., etc.
Su padre, participante en las revueltas del 76 y del 79, tuvo que abandonar su profesión de abogado y salir de la mayor parte de sus bienes. Como consecuencia, el joven Ochoa, hubo de abandonar sus estudios, con gran sentimiento y, junto con su hermano Manuel Antonio, se vio obligado a buscar empleo para ayudar al sostenimiento de su familia. Empezó a trabajar como dependiente en los almacenes de los señores Benicio y Miguel Gaviria; algún tiempo después pasó sucesivamente a los almacenes de los señores Vicente Toro y Eduardo y Julián Vásquez Jaramillo.
Don Eduardo Vásquez Jaramillo, con nobleza y generosidad le prestó su apoyo decidido, pues siendo Ochoa todavía un muchacho inexperto, tuvo a bien confiarle sus intereses y ponerle, en compañía de su casa comercial, una dependencia para que él la administrara. Más tarde, al terminarse los negocios de mercancías de Eduardo y Julián Vásquez, estableció negocios por su propia cuenta, con el apoyo de su amigo don Braulio Chavarriaga y de su tío don Cástor Ochoa.
En el año de 1.892, contrajo matrimonio con doña Rosa A. Vélez Chavarriaga. Sólo tuvo cuatro hijos: Carlos, Alfonso, Ana y Bertha. Se dedicó por entero a sus negocios de comercio y a la creación de pequeñas industrias, desconocidas entonces en Antioquia, como fabricación de polvos de tocador, juegos de loterías, tinta y naipes. Esta última manufactura la tuvo un tiempo en compañía de don Félix de Bedout, y cuando éste importó directamente las viñetas adecuadas para dicha manufactura, entonces continuó fabricando sus naipes en la Imprenta Industrial que fundó con los señores Diego Escobar O. y Cipriano Rodríguez. Más tarde, para mejorar el artículo, contrató la impresión en la litografía del señor Jorge Luis Arango.
Estuvo también dedicado largos años a la industria de cigarrillos, de la cual fue uno de los precursores en Antioquia. Los prolegómenos de esta industria le deben al señor Ochoa su desarrollo. Fundó luego la primera empresa importante en este ramo con los señores Bernardo Mora, Bernabé Ortiz, Bernabé Hernández, Benjamín Escobar, Rafael Posada Villa y Cancio Restrepo, con el nombre de Compañía Industrial de Cigarrillos, en el año de 1.912. Surgieron otras empresas similares y, en vista de los precarios resultados que daba la competencia, de común acuerdo se fusionaron las empresas y se fundó la Compañía Colombiana de Tabaco.
Fue un hombre de trabajo, de lucha, de perseverancia. Su inteligencia y su pulcritud en los negocios y en las relaciones comerciales y sociales, lo sacaron siempre adelante y de los fracasos que vinieron para su fortuna con motivo casi siempre de las revoluciones, se rehizo valerosamente. Viajó a la costa atlántica, en tiempos en que los transportes eran hazañas peligrosas y difíciles, y trajo mercancías a cambio de letras de cambio y barras de oro.
Afiliado por tradición y por sinceras convicciones a las ideas conservadoras, hubo de actuar en diversas revueltas civiles, y prestó su contingente personal con devoción y arrojo. Amigo de las industrias terrígenas, no sólo creó varias que fueron base para muchas manufacturas importantes en años posteriores, sino que participo en la fundación de grandes empresas y tomó acciones en casi todas las entidades industriales importantes que se han fundado en Antioquia.
Muchos años colaboró con él su hermano Manuel Antonio, hasta la muerte de éste, acaecida en 1.914. De este año en adelante, trabajó con sus hijos Carlos y Alfonso. Cuando se retiró de los negocios del almacén, sus hijos continuaron, con la razón social de Hijos de Lisandro Ochoa y Cía.
Sirvió a sus ideas políticas y a los gobiernos conservadores, sin aceptar puestos remunerados, con abnegada decisión y desvelado patriotismo. Asistió al Concejo Municipal de Medellín, en varios períodos y, en virtud de sus esfuerzos e iniciativas y, en compañía de prestantes personas come el doctor Juan de la Cruz Posada y otros, se organizaron las empresas públicas municipales, se contrataron empréstitos externos para el ensanche del acueducto, pavimentación y arreglo de calles, arreglo y compra de locales para oficinas públicas, compra de la energía eléctrica, etc.
Fundó el periódico Actualidades, en asocio de su hermano Manuel Antonio y de don Cipriano Rodríguez, órgano de cultura y de combate, en el cual colaboraron Carlos E. Restrepo y Antonio J. Cano. Colaboró también, con eficacia y desprendimiento, en empresas y obras de civismo y beneficencia.
Socio activo de la Sociedad de San Vicente de Paúl y de la de Mejoras Públicas. Colaboró con el mayor entusiasmo en las labores desarrolladas por la Institución conocida con el nombre de Acción Social Católica que presidía el dinámico sacerdote Germán Montoya Arbeláez. Por muchos años, hasta su muerte, fue Presidente de la cristiana Asociación de Caballeros de Cristo (Buena Muerte), fundada por los RR. PP. de la Cía. de Jesús.
Ya retirado de los negocios y de las actividades públicas, se dedicó en su hogar a preparar su interesante libro Cosas Viejas de la Villa de la Candelaria, crónicas de exquisito sabor y colorido que muestran al lector y especialmente al investigador histórico, centenares de episodios relacionados con los hombres, con la vida y con el desarrollo y progreso de la ciudad de Medellín, en todas sus empresas, negocios, templos, costumbres, etc. que, con memoria prodigiosa y sutil observación, don Lisandro vivió y captó y hubo de estampar en su libro con sencillez y donosura.


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Oscar Duperly DuFriez
El arte de la fotografía era casi desconocido en Colombia cuando Oscar Duperly DuFriez llegó procedente de Jamaica. De su padre el Químico francés Henri Louis Duperly, quien había puesto en práctica los primeros descubrimientos de los científicos europeos en este campo, aprendió los secretos y técnicas. El 4 de julio de 1915 abrió el primer almacén de artículos fotográficos de Medellín siendo el primer distribuidor Kodak para America Latina y se dio a la tarea de crear el primer laboratorio fotográfico de Colombia el cual se conoce hoy como Oduperly S.A.
Cómo líderes en el desarrollos de la Fotografía en Colombia y con una gran visión del futuro se importó en 1959 la primera impresora electrónica de color sobre papel, revolucionando el ambiente fotográfico del país ya que era la primera máquina de este tipo que llegaba.
En 1960 murió Oscar Duperly D. dejando tras de sí un número de logros que se continúan a través de la sociedad Oduperly S.A.
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Nicanor Restrepo Restrepo

(Medellín 1869. Medellín 1925)
El padre de don Nicanor, Pedro Antonio Restrepo Escobar, fue uno de los más importantes hombres de Antioquia en el siglo XIX, sin embargo su familia era muy numerosa y cuando sus hijos menores estaban estudiando en el Seminario sobrevinieron serias dificultades que obligaron al joven Nicanor al retirarse de los estudios para trabajar tomo empleado de una farmacia y ayudar a la culminación de los estudios de su hermano Carlos E. Restrepo. Algún tiempo después don Nicanor se hizo socio "Industrial" de la Droguería Antioqueña y llegó a adquirir su propia Droguería en 1918. Con el producto de su trabajo contribuyó a la formación de los Almacenes La Primavera y fundó la Unión Farmacéutica y Dental que importaba productos farmacéuticos y materiales para dentistería. Por su iniciativa se fundó también la firma Laboratorios Uribe Ángel, LUA en 1922.
Desde 1912 era miembro de la junta directiva de la Cámara de Comercio que su hermano Carlos E. había ayudado a construir y en 1920 participó con los otros propietarios de droguerías para dinamizar la Vidriera de Caldas. Por aquellos tiempos Don Nicanor era estimado como uno de los más Importantes hombres de negocios de la ciudad.






martes, 3 de junio de 2008

Proceso de urbanización de El Prado 2



Residencia de Don Gabriel Angel. Carrrera Palacé





La carrera Palacé se escogió como la más indicada para llegar a El Prado:
- se amplió de 10 a 16 metros, en una extensión de seis cuadras.
- se arborizó en todo el trayecto.
- se hicieron prados latera/es marcados con cordones de cemento.
- se pavimentó con macadán.
- se hizo el alcantarillado de todas las calles.

La Compañía Urbanizadora en sus propios terrenos abrió, arborizó y pavimentó las siguientes calles y carreras:
- Palacé, Balboa, Popayán y Neiva, de Darién a Jorge Robledo;
- Balcazar (hoy Belalcázar) y Jorge Robledo, de Bolívar a Venezuela;
- Venezuela, de Jorge Robledo a Daríén;
- Darién de Venezuela a Palacé,

Primeros habitantes del barrio
Los primeros habitantes de Prado pertenecían a la clase que participó en
el desarrollo económico del país en las primeras décadas del siglo XIX.
Los mejores lotes se vendieron en la carrera Palacé a los amigos y parientes
de Dn. Ricardo Olano:
Joaquín Cano: yerno de don Ricardo Olano. Hijo de don Fidel Cano, fundador de "El Espectador",
Oscar Duperly: casado con una hija de Fidel Cano. Representante de la Kodak en Medellín.
Elena Cano y Hermanos: hijos de Fidel Cano.
Guillermo Jaramillo Villa: comerciante.
Germán Olano: hijo de don Ricardo Olano.
Guillermo Moreno: Primo de don Ricardo Ofano.
Juan Francisco Jaramillo: gerente de Roselíón.
Enrique Toro V.: comerciante. Miembro de una de las famrlas más adineradas de la época.
Luciano Arias: ganadero.
Luis Alfonso Correa: ingeniero, gerente del ferrocarril.
Tulío Medina: uno de los fundadores de la Fábrica de Tejidos Unión.
Nicanor Restrepo: negociante de café.
Lisandro Ochoa: comerciante.
Más tarde se vendieron lotes en Balboa y Balcázar a:
Bernardo Restrepo: alto funcionario de la Colombiana de Tabaco.
Jorge Ortiz Rodríguez: abogado, gobernador del departamento
Martiniano Echeverri; médico y otros.
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...Fuente Revitalización Urbana Barrio Prado Medellín UPB, 1992.